

¿Has sentido curiosidad al acabar el cuento?
¿Te ha surgido alguna expectativa?
¿Estás buscando respuesta a alguna pregunta que te has hecho?
Vamos a hablar del cuento que acabas de leer, La caja, y veamos el camino de las emociones que se van generando.
Mika, su protagonista, se encuentra con una caja cerrada. Al principio siente un poco de curiosidad, y esto pronto pone en marcha su imaginación:
¿Qué habrá en el interior de la caja?
No tiene ningún dato: no se puede ver, nadie le ha dicho nada, no hay ninguna nota… , así que su cerebro empieza a buscar una explicación: quiere tener más información para poder comprender la situación.
Pues bien, resulta que, en mayor o menor medida, a todos los seres humanos nos ocurre lo mismo que a Mika.
¿Recuerdas algún momento en el que te haya ocurrido a ti algo así? ¿Qué sentiste? ¿Pudiste investigar? ¿Resolviste aquello que ibas buscando?
Cuando nos vemos en una situación de este tipo, y según la personalidad y las vivencias de cada uno, nuestro cerebro utiliza diferentes recursos:
- Buscar información o datos.
- Hacerse preguntas, tanto sencillas como complejas.
- Preguntar a otras personas.
- Imaginar o inventar explicaciones (que suelen ser de lo más descabelladas).
- Dejar de lado el asunto y no hacer caso.
- Frustrarse.
En algunos casos, la situación se resuelve cuando conocemos la información que buscamos y podemos dar con una explicación racional y emocional. En otros, en cambio, nos quedamos sin respuesta.
INCERTIDUMBRE
¿Qué les ocurre a Mika y Zarpas?
Al final del cuento ambos personajes descubren qué hay dentro de la caja.
Pero… ¿y nosotros? Tú, que has leído el cuento, ¿qué has sentido al llegar a la última página? ¿se ha resuelto el interrogante para ti?
Esa sensación que probablemente has sentido tiene nombre, se llama incertidumbre. La incertidumbre es la falta de seguridad, de confianza o certeza sobre algo, especialmente cuando crea inquietud.
CONSEJOS PARA ACOMPAÑAR A NUESTROS PEQUES
¿Cómo podemos acompañar a los más peques en esos momentos de incertidumbre ante una situación de la que no tenemos información y de la que nos gustaría saber más?
Aquí te dejamos algunos consejos:
- Promover su capacidad para hacerse preguntas ellos mismos, para ello podemos proponerles algunos ejemplos.
- Dejar que imaginen y desarrollen sus propias hipótesis.
- Fomentar la paciencia.
- Recordarles que pueden hacer preguntas a otras personas que quizá sí tengan más información. A veces damos cosas por hecho por no querer preguntar, pero nuestras suposiciones pueden ser erróneas. Es preferible preguntar, por si alguien puede ayudarnos a descubrir lo que no sabemos.
- Dar el espacio y el tiempo para observar, desde la observación surgen más preguntas y más información que puede ser muy útil.
Propuesta didáctica elaborada por:
Isabel Nieto Mañá, psicóloga
